¿Por qué lo hago?

Hago un blog porque me entusiasmó una amiga, Luisa García.

Quiero comentar cosas q no puedo poner en FB ni en twitter. Quiero también q me escriban y me digan q piensan para empezar discusiones creativas q me ayuden a compartir y aprender. Eso....me quiero entretener!





domingo, 23 de octubre de 2011

artìculo semanario comexperù de Patricia Teullet

Generación presente o futura, ¿cuál pesa más?
“Y Dios le dijo a Moisés: ve y dile a mi pueblo: mira, yo pongo ante ti bendición y maldición, escoge la vida para que vivas tú y tu descendencia”.
Con esta cita de la Biblia (Deuteronomio 30:19), Juan Carlos Ramírez nos mostró que la definición de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas: “Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades”, resultaría ser “pirateada”.
El problema con este mandato es que las necesidades presentes son siempre mucho más urgentes que las futuras; que las “necesidades” pueden resultar ilimitadas y que el futuro está siempre muy lejos, especialmente cuando significa un costo para el presente.
Lo vemos día a día con los temas de cambio climático: puede ser que la variación de temperaturas tenga efectos dramáticos, pero el aire acondicionado, los pañales desechables y las carreras de autos son “absolutamente necesarias”.
Y sin tener que llegar a ejemplos absurdos, la necesidad de alimentar a una población que hoy bordea los 7 mil millones y que será de 9 mil millones en el 2050 está ejerciendo presión constante sobre las áreas cultivables y conduciendo a la depredación de la Amazonía. Enormes extensiones depredadas en Bolivia y Brasil para la siembra de soya ocasionan escasez de lluvias con consecuencias severas.
Incluso, las obras necesarias para aumentar el bienestar de poblaciones alejadas y sacarlas de la pobreza tiene impacto negativo en la sostenibilidad: las imágenes satelitales muestran cómo, alrededor de la tan importante IIRSA, comienza a perderse la vegetación, hecho que se extiende, además, a las vías laterales que surgen a partir de ella.
Es lógico que nadie pretenda suspender la creación de este tipo de infraestructura pensando en las generaciones futuras. Pero lo que sí puede hacerse es control de daños y prevenir el deterioro causado por actividades ilícitas como la extracción de oro de los ríos o la tala indiscriminada para la explotación de madera. En este último caso, al igual que en muchos otros, es mejor dar marcos legales que permitan el control, que permitir lo ocurrido en Tambogrande, donde se perdió la inversión minera formal (y los beneficios del impuesto a la renta, el cuidado ambiental y el empleo formal) para dar paso a explotación ilegal, contaminante y fuera de control.
Dejar que cada quien se arregle puede ser popular en su momento; pero no deja de pasar la factura a las generaciones futuras y a las presentes también.
Patricia Teullet Gerente General COMEXPERU

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